«Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción» Paulo Freire
En los últimos 20 años el reconocimiento hacia la primera infancia ha emergido de manera significativa, esta población empezó a ocupar un papel predominante en la sociedad, ello ha llevado al reconocimiento de las capacidades, destrezas y habilidades que tienen, de ahí se gesta la necesidad de crear espacios en donde se le permita al niño o a la niña desarrollarse de manera óptima, esperando que la familia, la escuela y la sociedad en general aporten de manera significativa en ello.
De esta forma, se reconoce que los maestros hoy día desempeñan un papel fundamental, en algunos contextos cumplen el rol no solo de educadores, además suplen de manera indirecta el rol de los padres, madres y en general cuidadores, por ello, el reto cada día es mayor. Por tanto, teniendo en cuenta la frase de Paulo Freire “enseñar no es transferir, enseñar es crear posibilidades” nos lleva a identificar que este accionar es el que identifica al docente de primera infancia, uno de los grandes retos está en propiciar escenarios y crear posibilidades para favorecer el desarrollo en todas sus dimensiones.
Por tanto, uno de los principios básicos que debe entender el docente de primera infancia es que lo importante en este proceso no es movilizar el aprendizaje de temas, contenidos o mantener hábitos tradicionales regidos por los modelos educativos, lo importante en este proceso es propiciar experiencias significativas. Es necesario conocer las estrategias y bases que sustentan el proceso, por ello, el Ministerio de educación nacional inspiro una política y orientaciones pedagógicas en donde invitan al docente a desarrollar acciones pedagógicas que involucren los pilares de la educación inicial, esto implica abarcar el arte, el juego, la literatura y la exploración del medio como estrategias para propiciar el desarrollo integral de cada uno de los niños y las niñas.
Por ello, el reto para ti, maestro, profesor, docente, está en lograr integrar dichos elementos, construyendo momentos significativos que generen alegría, gusto, aprendizaje, curiosidad, Por ello, educar en la primera infancia no solo se trata de un acto pedagógico, sino que conlleva claridades y compromisos políticos, sociales y culturales de los infantes que nos rodean.
Autor: Yorleny Mosquera, Lic.Pedagogía y Ed. Especial
Magister en Neuropsicología y Educación