Soy un hombre adulto, mayor de 45 años, orgullosamente tengo un hogar compuesto por mi esposa y mis dos hijas adolescentes, fui criado en una familia humilde pero trabajadora, en un barrio estrato 1 del área metropolitana de Bucaramanga, mis padres vinieron de provincia a buscar nuevas y mejores oportunidades a la capital.
Ellos, mis padres, solo pudieron estudiar hasta tercero, mi madre y hasta quinto, mi padre, dada la difícil situación financiera de sus familias, se vieron obligados a buscar trabajo a muy temprana edad, se juntaron, se casaron y organizaron una familia, pobre, pero con muy buenos valores, siempre buscando superarse y dejar un buen legado a sus hijos. Como buenos padres siempre nos insistieron “si quiere progresar, estudie mijo” en esa época ser bachiller era un gran logro y con ese titulo, alcanzaba para conseguir un buen empleo y vivir dignamente.
Terminé mi bachillerato en un colegio técnico, y tuve la oportunidad de trabajar en lo que aprendí en el colegio, durante 6 años de mi vida, antes de poder ingresar a la Universidad por mis propios medios y también buscar un mejor futuro.
Hoy como padre de familia, aprendí que uno quiere siempre lo mejor para sus hijos en medio de las posibilidades, porque para ser padre no hay cursos en las universidades, eso se lo enseña a uno la vida, y por supuesto a amarlos, orientarlos y darles buenos consejos para su futuro. A propósito del tema, los programas técnicos son en todo el mundo una gran alternativa para vincular a los jóvenes a la vida laboral formal, lo cual les sirve para tener experiencia laboral empresarial a corta edad y tener la posibilidad de un empleo el cual les sirva para definir su futuro laboral o como trampolín para avanzar en la escalera de la educación y les sirva como instrumento para apalancar por sus propios medios una carrera universitaria.
Por esto como padre, los invito a asesorar a sus hijos, a motivarlos a estudiar, a terminar el bachillerato, y como ahora en la vida laboral el bachillerato no es suficiente, a que estudien un programa técnico, que se preparen, que busquen las oportunidades que hay para progresar, que sea tal vez, el empujón que los jóvenes necesitan, así de una forma rápida y con poca inversión vincularlos a la vida productiva que ofrecen las empresas, porque definitivamente como decían mis padres “si quiere progresar, estudie mijo”, ese es el mejor legado que les podemos dejar.
Autor:
Anónimo
